Por el precio de un café recibimos
Un café, azúcar, cobijo, calor o fresco, bicarbonato o aspirina, nos servimos de un plato, una taza, una cucharita, un vaso de agua, una mesa, una silla cómoda, un periódico, un lápiz o bolígrafo.
Podemos oír música, usar internet, cargar el celular, ver la tele, usar el perchero, tenemos a nuestra disposición baños limpios, nos resguardamos del mal tiempo, recibimos un trato amable, tenemos la posibilidad de enterarnos de todo cuanto ocurre, disponemos de un espacio agradable y tranquilo para pensar, trabajar, descansar, espera, convivir y compartir
Todo esto y por el módico precio… y aún decimos que el café es caro
Francisco Gisbert Bolaños
Elvira Gisbert García